viernes, 18 de diciembre de 2009

Será, Será...

Hoy no he podido más y he explotado. Ha sido mientras preparaba la cena; sopa de sobre para uno, acompañada por un vaso de leche, sola, en una cocina vacía.

Hacía mucho tiempo que no lloraba y hoy he soltado todas las lágrimas que había acumulado... llevo horas llorando sin llorar, sin siquiera saber porqué.


Supongo que es por todo, porque tantas lágrimas no pueden tener un único origen.

Será que todavía no he sido capaz de encontrar mi sitio en esta maldita ciudad, que estoy cansada de llegar a casa y que no haya nadie, de comer sola, de pasar toda la tarde sola y de acostarme sola. Será porque nunca he necesitado tanto un abrazo como hoy y lo peor es que estoy segura de que no lo voy a recibir.

Serán estas fechas, que nunca me han gustado y me hacen todavía más vulnerable. Será que estos dos últimos años han sido realmente jodidos para mí. Será que todavía no lo he superado...


Será, será...

lunes, 2 de noviembre de 2009

Al Mal Tiempo Buena Cara

Sigo viva. A pesar de los intentos de esta ciudad por acabar conmigo, sigo viva.
Podría decir que he estado tanto tiempo sin escribir y sin actualizar porque no tengo tiempo, pero estaría mintiendo. En este último mes y medio lo único que me ha sobrado ha sido tiempo… he salido de casa tres veces contadas, y dos de ellas sola. Supongo que me tendré que acostumbrar a esto, ya que, de momento, nadie se ha atrevido a sacarme de paseo.

Las cosas han cambiado, eso está claro. Todos sabíamos que este año sería el final de una vida y el comienzo de otra… no sé si yo estaba preparada para dar ese paso. Pero nadie me ha preguntado, y yo no soy de las que se acobardan ante las adversidades, al menos ya no.

Lo he dejado todo en Ferrol; mi casa, mi familia, a Pumuky, amigos y un pasado que lucho por olvidar…
A Santiago se han ido algunos de mis mejores amigos, a los que envidio por poder estar en la ciudad en la que siempre he querido pasar mi vida universitaria.
Quizá lo más importante se me haya quedado en Coruña…

Pero yo estoy aquí, en Vigo…
Supongo que aquí comienza mi vida, que es ahora cuando empiezo a vivir. No es esto con lo que había soñado, ni siquiera se acerca a ello, pero es lo que hay, y es lo que toca – y pa’ tocar el corazón es mejor no abrir la boca -.

Cambiando de tema: después de infinitos intentos por dejar de fumar he decidido pasarme al tabaco liado. La verdad es que todo son ventajas; es más barato, más sano e incluso fumo menos, Puede que éste sea realmente el primer paso para dejarlo.

En lo que a salud se refiere hace dos meses me encontraron múltiples quistes en los ovarios y en seguida empecé con el tratamiento. La verdad es que no es algo que me preocupe, lo que sí me incomoda son los numerosos efectos secundarios de las pastillas, me están dejando hecha polvo…
Además me han salido unas manchitas en el cuerpo. No les di importancia, pero mis padres sí. Mi madre dicen que las primeras manchas que tuvo mi hermana eran como las mías. Y es que mi hermana, a pesar de ser preciosa por dentro y por fuera y una de las mejores personas que conozco, ha vivido siempre acomplejada por unas estúpidas manchas blancas que cubren su cuerpo. Hace más de diez años que no va a la playa, ni se pone un bikini, ni siquiera camisetas de manga corta o unos pantalones piratas…Esa enfermedad le ha condicionado la vida y a nosotros nos mata verla sufrir por eso.
Cuando mi hermana y yo éramos pequeñas viajábamos un montón con nuestros padres y jugábamos a algo a lo que todos hemos jugado alguna vez: si aguantábamos un túnel entero sin respirar, teníamos derecho a pedir un deseo. En uno de esos viajes mi padre me dijo que alguna vez debería pedir que a mi hermana se le fuesen las manchas, sin saber que yo era lo único que pedía –bueno… alguna vez he sido algo más egoísta para pedir el perro que siempre quise-. Recuerdo que decía que no me importaría que me salieran a mí las manchas si se le iban a ella, y lo mantengo. Sé que yo me lo tomaría de otra manera.
Sinceramente, no creo que yo tenga vitíligo, y sigo manteniendo que estaría encantada de cambiarme por ella en ese sentido. Mi hermana es de las personas que más quiero en el mundo y ver cómo cada verano se queda encerrada en casa, cómo no se pone un escote ni en fin de año y que no se acepte a sí misma me duele tanto como a ella.
Pero bueno, que yo no soy médico y hasta el viernes no visito a uno, así que, de momento…

¡AL MAL TIEMPO BUENA CARA!


Un fuerte abrazo.

lunes, 24 de agosto de 2009

MIEDO



Hoy es uno de esos días en los que la realidad me supera, y ya no puedo negarlo más. Intento hacerme la fuerte, fingir que he borrado el pasado y dibujar una sonrisa, pero hoy no puedo más.

Siento que tengas que leer esto. Es ahora cuando me arrepiento de haberte dado la dirección donde encontrar estas malditas confidencias, pero es el único lugar en el que consigo desahogarme e incluso a veces sentirme comprendida.

La única relación estable que he tenido en mi vida ha durado cerca de dos años. Cuando lo conocí supe que tenía que ser mío, e hice todo lo posible para conseguirlo.
Con él pasé los mejores momentos de mi vida, descubrí sensaciones que ansiaba desde hacía mucho tiempo y sentí cosas que no se pueden explicar, que no caben en los libros, que nunca nadie había sentido antes.
Durante mucho tiempo él fue el único motivo para levantarme cada día, mi única razón, mi única meta… Yo había pasado a un segundo plano, me había centrado en él y el resto del mundo ya no contaba para mí. Él lo era todo.
El problema es que la única que tenía las cosas claras era yo, y él de lo único que no dudó nunca fue de lo muchísimo que le quería. Sabía que estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por él, cualquiera, y se aprovechó de eso.

Llegamos a un punto en el que él ya no podía dudar, pero lo seguía haciendo. Sus dudas lo desequilibraron todo y yo empezaba a no tener nada claro… Yo tenía mil motivos para desconfiar de él, ¡pero no lo hacía! No quería hacerlo, no…

Después de superar numerosos momentos bajos, parecía que nuestra relación volvía a encauzarse. Aquel domingo volvíamos a mi casa después de haber pasado el fin de semana juntos. De repente dejó de hablarme y se apartaba ante cualquier muestra de cariño. Yo no entendía el motivo, y supuse que estaría algo cansado de mí después de haber pasado tanto tiempo juntos. No le di importancia.
De pronto él se desvío de calle y desapareció de mi vista. Me dije a mi misma que ya hablaríamos y continué mi camino.
Cuando llegué a casa, él estaba en mi portal, desafiándome con la mirada. Le pregunté qué le pasaba y antes de que pudiera acabar la frase, estaba gritándome, insultándome… ¿Por qué? Por haberme fumado un pitillo -odia el tabaco, yo llevo 6 años fumando-.
Le dije que era una tontería, que se estaba poniendo muy nervioso y me quería ir. Al principio no me dejaba moverme, pero conseguí entrar en mi portal e intenté convencerle de que se fuera a casa, que pensase las cosas en frío para darse cuenta de que era una gilipollez, porque yo no quería discutir. Él no paraba de gritar cosas sin sentido.
No sé cómo lo consiguió pero logró entrar en el portal detrás de mí. Yo estaba muy nerviosa, él no paraba de gritarme con la mano levantada, a tres centímetros de mi cara. Le rogué que saliese y él me contestó con un bofetón.
Me temblaba todo el cuerpo, tenía miedo.

Miedo. Desesperación. Frío. Temblor. Incredulidad. Odio.
Pero sobretodo MIEDO.







No sabía qué hacer y no sabía a dónde él estaba dispuesto a llegar. Le dije que si no se marchaba enseguida, llamaría a mi padre… Le dio igual. Me propinó un empujón que me dejó anclada en la pared del portal… El miedo no me dejaba pensar, las lágrimas apenas me permitían respirar… Entonces se dio la vuelta y abrió la puerta dispuesto a salir, no sin antes escupir un doloroso “¡Muérete, Eva! ¡Muérete!”.

Mi espalda se escurrió apoyándose en la pared hasta que me quedé sentada en el suelo. Aquellas palabras atravesaron mi cuerpo, llevándose en el impacto mi alma… Él intentó volver a entrar, pero la puerta ya se había cerrado y yo decidí subir a mi casa para salir de aquel lugar, de su mirada.

Ese día mi vida se desmoronó. No volví a ser la misma ni él volvió a ser el mismo para mí. Desde entonces no he vuelto a dormir una noche del tirón y… y nada ha vuelto a tener sentido…

lunes, 27 de julio de 2009

Iré A Por Todas

Nunca fui una buena estudiante. Lo dejaba todo para el último día y, si aprobaba, era por los pelos, con un cinco raspado. Podrías encontrarme en la mitad de las recuperaciones; en la otra mitad no porque ya ni me presentaba, lo daba por perdido.




Me pase cuatro veranos estudiando para aprobar en septiembre, pero muchas veces no era capaz y me llenaba la mochila de asignaturas pendientes. Durante años me conformé con el 5, no necesitaba más. Era la ESO y la nota media no contaba para nada.




Nadie daba un duro por mí, pero así, a trancas y a barrancas llegué a Bachiller.

En el primer trimestre suspendí 5, y mi madre ya ni siquiera me reñía. Entonces me di cuenta que a quien de verdad le tenían que importar las notas era a mi, no a ella. Me puse a estudiar como nunca, me encerré en los libros y apuntes, me desligué por completo del baloncesto... pero no pude con la historia. Aún así me sentí fatisfecha; pasé de dejar 5 a tener sólo historia para el verano. Era una putada, sí, pero pudo haber sido peor.


Me lo curré un montón para aprobar en septiembre, pero por todos era sabida mi mala relación con mi profesora de historia (y no le faltaban motivos, las pocas veces que le iba a clase me desmadraba un montón), así que me suspendió.


Éste ha sido un año muy jodido para mi, y sólo me pude apoyar en una persona ya que todos los demás estaban más preocupados por sus notas que por cualquier otra cosa. ¡Y no les culpo! Ojalá yo fuera capaz de haber hecho lo mismo, pero yo no soy así.


El último curso se pasó volando, y yo me quedé a 0,04 (¡cómo duele!) de entrar en una de las carreras que había solicitado. Me jodió porque me lo había currado como nadie y ahora era la única que estaba tirada, que no había conseguido ni el último de sus sueños... No me lo merecía... No, porque a nadie le costó más que a mi aprobar este curso, porque a nadie le costó más que a mi dibujar una cínica sonrisa en la cara... Las cosas no me están yendo bien.


Como siempre me tuve que buscar la vida, y mi brújula señala Vigo. Una ciudad prácticamente desconocida para mi, una escuela de imagen y sonido, un futuro prometedor título de técnico superior en realización de audiovisuales y espectáculos, un piso que compartiré con tu ausencia...


Estaré lejos de ti y de todo esto, pero quizá sea lo que necesite. Esta ciudad se me queda pequeña, y ceñirme a tu cintura no me sienta bien.


Es verdad que mi vida está cambiando constantemente, pero por una vez estos malditos cambios no podrán conmigo.


Sé que me merezco ser feliz y que algún día conseguiré dormir una noche del tirón y pasarme dos días enteros sin lloras. Lo sé.


Voy a empezar de cero... y me voy a comer el mundo.

lunes, 29 de junio de 2009

Futuro Incierto

Hoy hace un año y cinco días que viví la mejor noche de mi vida. Suele decirse que la de San Juan es una noche mágica y yo pude comprobarlo en primera persona. Es verdad que el alcohol me ayudó a demostrar mi valentía pero no me arrepiento de nada de lo que hice esa noche, excepto... de no haber estado a tu lado cuando te despertaste.

Puede que al abrir los ojos, verte junto a mi y no recordar muy bien lo que había pasado... me acojonase. ¿Y sabes por qué? Porque sabía perfectamente que mi vida estaba a punto de cambiar y porque los cambios me producen pánico.


Pero tenía las cosas claras y te lo demostré; de hecho llevaba bastante tiempo demostrándotelo. No me apetece entrar ahora en ese tema, porque sabes que me duele igual que a ti, y porque ya hay poco de lo que hablar.


El caso es que se aproxima otro cambio y este acojone interno crece a cada latido de mi acelerado corazón...

Siempre tuve claro que lo único que se me daba medianamente bien en esta vida era escribir y lo que peor se me daba era tomar decisiones. Ahora me toca decidir si dedicar mi vida a intentar escribir en algún olvidado periódico o hacer cualquier otra cosa con el fin de seguir escribiendo por mi cuenta.


Periodismo... suena bien, ¿no? ¿En Valladolid? ¿En Madrid? Son sitios que no van conmigo. Y no, ¡joder! No me atrevo a irme... sigo siendo una cría, no puedo perderme por el mundo adelante...


Necesito todo el tiempo que no tengo para aclarar mi vida... acabaré decidiendo en el último momento el camino más fácil...


Y, ¿quién sabe? Puede que algún día encontréis un libro mío en alguna librería.


Un abrazo fuerte.

sábado, 6 de junio de 2009

Mi Propia Bienvenida

http://www.youtube.com/watch?v=hWYH-c6SKHw
Éste vídeo refleja uno de los momentos más emotivos -y quizá frikis- de este año. Tan cerca de ella otra vez y compartiendo lágrimas con los acordes de ese "Faro de Guía". Probad a ponerla de fondo mientras leéis este texto, a ver cómo queda :)




No quiero que me siga la pista gente a la que no he invitado a conocerme.


Éste es mi nuevo diario, no de lágrimas, porque estoy harta de llorar, es un simple diario. Unas veces lloraré en él, otras vestiré amplias sonrisas en mi rostro mientras escribo y otras estaré simplemente estática. Al fin y al cabo, es el diario quien se tendrá que adecuar a mi estado de ánimo y no al revés, ¿no creéis?

Este cambio significa un punto y aparte en mi vida. Comienza algo nuevo, y como todo cambio que se precie, está siendo acompañado de un temblor constante en mis extremidades y una extraña sensación de intriga salpicada de desconfianza.

Los últimos cambios que he sufrido no me han traído nada bueno, por eso no muestro positivismo ante éste.







Me he convertido en adulta de la noche a la mañana. Tengo mi propia tarjeta -de débito-, mañana votaré por primera vez, estoy a punto de comenzar una carrera -ni siquiera sé cual- y si todo sale bien dentro de poco podré conducir el viejo astra que se pudre en el garaje.

Cambios que para otros resultarían de lo más normal, a mi se me quedan enormes, como todo últimamente.

Este último año me ha superado por completo; lo sabéis por lo que leísteis y por lo que aprendisteis a leer entre líneas. Por ese motivo necesitaba este nuevo medio de desahogo. No podré olvidar toda la mierda que me echaron encima ni la que yo misma volqué sobre mi, pero sí puedo apartarla y seguir adelante.

Me lo merezco. Merezco y necesito que ahora venga una buena etapa en mi vida. Éste es el momento de destapar ese sendero cubierto por rosas blancas y arena de playa que se me prometió, así que iré a buscarlo.



¿Que por qué Luna Menguante? Porque la Llena es demasiado para mí. Cuando está menguando parece que tiene las mismas posibilidades de crecer que de desvanecerse; por eso decido ser menguante, porque sólo yo decidiré lo que hacer después de cada golpe que reciba.



Un fuerte abrazo y hasta pronto.


Luna Menguante.